miércoles, 20 de enero de 2016

Claves para ayudarte a ser más feliz

Muchas veces creemos que la felicidad cada vez esta más lejos de nosotros o que esta depende de otros o de cuestiones materiales como ganar la lotería; sin saber que solo es cuestión de actitud lograr nuestra felicidad.

Sigue estos consejos y estarás más cerca de la felicidad.



10. Aceptación. Uno de los pasos más importantes para saber cómo ser feliz es quererte a ti mismo y recordar lo importante que eres, lo mucho que vales y lo inteligente y capaz que eres. No hay obstáculo que no puedas vencer.

9. Cero envidias. No debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.

8. Sin rencor. Ser feliz incluye no guardar rencor  hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz;  tú perdona y olvida.

7. Con una sonrisa. Levántate siempre con una sonrisa, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno.

6. Ayuda a los demás. Sin pensar que vas a recibir nada a cambio

5. Momentos. La felicidad no está en los años, meses, en las semanas, ni siquiera en los días. Solo se la puede encontrar en los momentos.  La vida siempre tiende a sorprendernos, así que aprende a vivir el presente sin  los traumas del pasado ni las expectativas del futuro.

4. El Humor. La sonrisa es muy importante para mejorar la autoestima. Tomar las cosas con serenidad por muy malas que parezca es muy fructífero. Lo mejor es recordarlas con humor y como experiencia para saber que no tenemos que volver a hacer.

3. La Actitud. La Felicidad es una elección que puedo hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Los pensamientos son los que me hacen sentir feliz o desgraciado, no mis circunstancias. Así se aprende a ser feliz con una actitud positiva

2. Con lo que se tiene. Hay que ser feliz y no desear lo de otros, hay que aprender a vivir con lo que se tiene y no sufrir de lo que se carece, nos ayudará a que nuestra felicidad siempre esté de nuestro lado.

1. Esperanza. La esperanza es una clave importante de cómo ser feliz;  no todos los días son iguales, muchas veces  hay cosas que nos pueden afectar mucho,  problemas por resolver, etc. Lo único que nos queda es tener esperanza y actitud positiva. Así hay más probabilidad de que cambien las cosas.

martes, 12 de enero de 2016

Factores positivos de escribir sobre uno mismo


Escribir sobre uno mismo, pensamos y compartimos muchos psicólogos, es un ejercicio de gran validez para conectar con las cosas importantes que nos pasan en nuestras vidas. Vivimos de forma acelerada y necesitamos en más de una ocasión  tener la oportunidad de cuestionar nuestros planteamientos, nuestras actitudes, nuestros comportamientos. Muchos de nuestros problemas de estrés y ansiedad tienen que ver no con el ritmo trepidante de nuestras vidas, sino con la incapacidad para detenernos a buscar soluciones adecuadas al mismo. Reflexionamos poco sobre si lo que hacemos es realmente lo que queremos hacer, si nuestros propósitos son realmente los nuestros y no los de otros, de dónde nos viene la insatisfacción y tantas y tantas otras cosas que nos pasan con frecuencia. Cuando escribimos  sobre nosotros mismos podemos abordar de una manera muy profunda todas estas cuestiones tan importantes para nuestra salud psicológica y nuestra calidad de vida. Es decirescribir te ayuda a conocerte porque antes o después terminas por expresar lo que sientes. Cuando escribes te vas liberando de tus pensamientos. Si algo te cabreaba llegas a ver que le dabas más importancia de la que en realidad tenía, le quitas dramatismo  y eso ocurre porque mientras escribes reflexionas; no lo haces tan deprisa como pensado solamente. Escribir es terapéuticamente una forma de reconstruirse.

Existen múltiples estudios sobre los beneficios de escribir acerca de nuestras vivencias, traumas y dolores. Entre ellas, podemos citar la conocida terapia del diario

Este tipo de terapia basada exclusivamente en la escritura ha demostrado la eficacia en la mejora de los estados emocionales de las personas. Los pacientes que lo ponen en práctica, han logrado una reconciliación de conflictos emocionales, disminución de los síntomas depresivos, reducción de la ansiedad, mejoría en el sueño nocturno y aumento de la autoestima. 

Podemos decir que los ejercicios de escritura emocional facilitan la tarea de secuenciar narratívamente los hechos traumáticos permitiendo construir un puente entre quiénes éramos antes del suceso y quiénes somos en la actualidad”

En definitiva, escribir la experiencia en un diario te obliga a organizar y a integrar tus pensamientos y vivencias. Dicho de otro modo, escribir te ayuda a darle sentido a tu vida, a tus adversidades y traumas. Cuando una experiencia la dotamos de sentido y estructura, parece mucho más manejable que cuando se representa mediante una mezcolanza de pensamientos e imágenes caóticas. 

Por lo tanto, lo que podemos conseguir a través de esa escritura es ser un poco más felices.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Beneficios de una Actitud Mental Positiva

La persona que tiene una Actitud Mental Positiva (AMP) frente a las adversidades no niegan la realidad sino que la encara con un espíritu de lucha, de resolver problemas... 

Desde la vivencia del malestar, podemos interrogarnos y darnos cuenta de lo que nos está pasando. Pero conocer y admitir nuestras carencias, nuestras faltas, los huecos de nuestra vida no es para nada agradable. 

Tomar conciencia de que enfermamos, envejecemos y morimos, de que nuestra existencia tiene un límite, de que aquellos a quienes amamos nos pueden dejar y, de hecho, nos dejan produce angustia. 

Reconocernos como seres humanos con todos nuestros defectos, nos baja a la tierra de un golpe. Saber que no sabemos y que necesitamos de otros para tantas cosas, es una ofensa para nuestra ilusión de creernos completos. 

Percatarnos de nuestro paso por el tiempo y compararnos con nuestras fotos de diez años atrás, observar que muchos de los que aparecen ya no están, comprender que toda una época terminó, nos invita a hacer un balance en donde hay mucho de pérdida, de falta, de oportunidades que dejamos y de renuncias a nuestros propios deseos para satisfacer el deseo de algún otro. 

Muchas de esas carencias se mantienen, y si se toma conciencia de ellas, podemos preguntarnos... ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Las personas que tienen una Actitud Mental Positiva no se sienten mal por sentirse mal. Admiten que un estado temporario de mal estar es sentirse de acuerdo con la situación que lo origina. Y desde ese "sentirse mal", admiten tener una dificultad, un problema, un imprevisto y hacen todo lo que tienen a mano para resolver la cuestión. Es decir, aceptan la situación desagradable y hacen lo que tienen que hacer para producir un cambio.

El objetivo de la AMP, es tomar conciencia de que existen otras opciones diferentes a las que ofrece el argumento de vida. Son capaces de ver distintos caminos, cuando parecía que solo había uno.

Una creencia errónea del tipo "No sirvo para nada" vibra en un bajo nivel de energía y corporalmente se nota porque están implicados los músculos flexores: el cuerpo tiende a irse hacia abajo conjuntamente con la expresión del rostro. 

Se sabe que las sensaciones negativas atraen otras semejantes. Es por esto que tenemos que poner todo de nuestra parte para darnos cuenta de que existe otra manera de ver las cosas y que es solo nuestra la responsabilidad para cambiarlas.

Las personas que tienen ante la vida una actitud mental positiva sufren las vicisitudes desagradables igual que los que tienen un actitud mental negativa con la diferencia de que los primeros ejercen una ejecutividad para resolver los problemas mientras que los segundos se abruman y se inmovilizan. 

Veamos esto con más detalle. Es la actitud positiva ante la vida lo que hace que un acontecimiento negativo no tenga la negatividad que de por sí tiene. 

El fastidio, la preocupación, los momentos de malhumor e intolerancia, las caídas energéticas, los malestares corporales, las dolencias y enfermedades propias o de seres queridos, los problemas económicos, gente tóxica que nos invita a sentirnos mal, frustraciones vocacionales, fatiga y desagrado laboral, desocupación, sueldos bajos, hijos con dificultades escolares y/o con problemas personales, conflictos de pareja, etc., siempre van a existir en más o en menos para todos nosotros. Con una actitud positiva las dificultades se sobrellevan mejor, se piensa reflexivamente y nos impulsa a la búsqueda de soluciones más objetivas y resolutivas que si tuviéramos una actitud negativa; pero las dificultades existen y nos invitan, permanentemente a no sentirnos felices. 

No debemos creer que la actitud positiva es sinónimo de felicidad, sino de ejecu
tividad. Una persona con actitud positiva sufre momentos de malestar pero hace algo al respecto mientras que una con actitud negativa se queja, se desespera, se violenta, culpa a otros, insulta a la dificultad y... no hace nada.

Puedo hacerlo - Soy capaz
Quiero lograrlo - Así será

Quien no conoce las tinieblas jamás sabrá lo que es la Luz y es en la Luz donde deberemos plenamente actuar.
Quien no conoce el odio jamás sabrá lo que es el Amor y es en el Amor donde deberemos plenamente actuar.

viernes, 29 de noviembre de 2013

La autoestima

La autoestima esta muy relacionada con la satisfacción que una persona tiene con respecto a sí misma y a su vida. Una persona con baja autoestima difícilmente se sentirá satisfecha y se sentirá incapaz de conseguir aquellos objetivos que le llevarían a sentirse a gusto con ella misma. La baja autoestima suele manifestarse en una autocritica  constante de la persona a sí misma, autoevaluaciones negativas, culpa, sentimientos de inferioridad, predicciones de fracaso, alta frustración ante errores, inseguridad ante situaciones cotidianas  y en las relaciones interpersonales y poca o ninguna autoafirmación  ante los demás (problemas de asertividad).

Las personas con déficit en habilidades sociales experimentan aislamiento social, rechazo y baja autoestima como consecuencia de percibirse a sí mismas como incompetentes socialmente. Cuando las habilidades sociales son apropiadas, el resultado es un mayor sentido de la autoeficacia y un mayor reforzamiento social positivo, tanto a corto como a largo plazo.

Las habilidades sociales son una serie de conductas (y también pensamiento y emociones), que aumentan nuestras posibilidades de mantener relaciones interpersonales satisfactorias y conseguir que lo demás no nos impidan lograr nuestros objetivos. Una persona con habilidades sociales busca alcanzar sus propias metas pero también tiene en cuenta los intereses de los demás, y cuando entran en conflicto trata de encontrar, en la medida de lo posible, soluciones satisfactorias para ambos. Como sabemos, las relaciones interpersonales son una necesidad primordial en nuestra vida, ellas suponen gran parte de nuestro bienestar, y como tal, también son un foco importante de estrés y conflicto si no se desarrollan de manera adecuada.

La asertividad es unos de los componentes fundamentales de las habilidades sociales, junto con la autoestima, la empatía y la inteligencia emocional. Una persona asertiva posee una actitud de autoafimación y defensa de sus derechos personales, incluyendo como parte de ellos la expresión de sus propios sentimientos, preferencias, opiniones y necesidades de una manera adecuada y respetando a su vez los derechos de los demás. La asertividad y la autoestima están muy relacionadas. El objetivo de la asertividad es ayudarnos a ser nosotros mismos y a mejorar nuestra relación con los demás, haciéndola más directa y honesta. Podríamos decir que la asertividad es la expresión de una sana autoestima en nuestra relación con los demás.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Que es y como detectar el acoso escolar

Podemos definir el acoso escolar o bullying como el maltrato físico o psicológico que recibe un niño por parte de sus compañeros de forma reiterada. El niño que agrede busca intimidar a la victima mediante el abuso de poder.  

Como consecuencia de esto, los niños acosados suelen tener una baja autoestima, fobia escolar y angustia entre otras cosas. En ocasiones, los niños que padecen bullying ocultan el maltrato a sus padres por vergüenza o miedo a la reacción que estos puedan tener.

Según estima Iñaki Piñuel, psicólogo clínico, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y director de las investigaciones Cisneros sobre Acoso psicológico en España, hoy día afecta a uno de cada cuatro escolares. Otro dato es que los niños de entre 7 y 8 años tienen siete veces más riesgo de sufrirlo que los alumnos de segundo de bachillerato.

Un silencio que habla

El mobbing escolar empieza de una manera muy sutil, como explica Puñuel, "es muy poco frecuente que en las primeras fases de acoso, el niño que es víctima, solicite ayuda psicológica por que desconoce lo que ocurre o lo atribuye a otras causas.

Cuando se identifica el problema, el daño suele estar ya instaurado y el niño puede mostrar algunas secuelas importantes. El niño no entiende por qué lo han elegido a él. Normalmente, como indica la Pedagoga Nora Rodríguez, " la pregunta ¿porque a mí? implica culpabilización? El acosado busca racionalizaciones que justifiquen este comportamiento, y si no las encuentra, se las inventa. Cuando se culpabiliza y se atribuye el papel de victima, es cuando se produce en él, un cambio de 180 grados en su conducta"

El niño que es victima de acoso escolar, suele terminar aceptando que, efectivamente, es un mal estudiante, un mal compañero, desarrollando fácilmente sentimientos de baja autoestima, así como una introversión social que le aísla aún más de un entorno ya reducido por la acción del propio grupo de acosadores. "El concepto negativo de sí mismo y la baja autoestima, acompañarán hasta la vida adulta al niño acosado, haciendo de él una presa fácil para abusos ulteriores en el ámbito laboral, domestico, social..., ante los que quedará indefenso generándose en él un daño psicológico a medio o largo plazo" dice Piñuel.

No es lo que parace

"Lo he hecho para divertirme", "era solo una broma", "tampoco es para tanto". Así suele responder el acosador cuando se le pregunta por las razones de su comportamiento.

Aparentemente, el acosador da la impresión de ser una persona muy segura de sí misma, popular, un líder. Pero es un líder impuesto, no es algo natural como lo puede ser la victima. "Suelen ser personas con graves problemas de autoestima, con un concepto de sí mismo muy bajo y que necesita que los demás estén a su altura, por eso los anula. No soportan la frustración ni perder, necesitan protagonismo y controlar a los demás. En la mayoría de los casos, o son niños maltratados física o psicológicamente en sus casas o están sobreprotegidos, acostumbrados a hacer lo que quieren" añade Nora Rodríguez.

Necesita del éxito social, de ahí la importancia del grupo, que se convierte en testigo pasivo, que no hostiga ni es hostigado y que representa a cuatro de cada diez niños.

Interactuar con el niño

Si el acosador no dice nada a los mayores, es porque no sabe a quién dirigirse. Los padres y los educadores piensan que son cosas de niños y que ellos mismos pueden arreglarselas. Se utiliza a los chicos como mediadores, algo que Nora Rodríguez condena: "La mediación se puede utilizar cuando dos chicos discuten o hay un problema grupal, pero no en el caso de Bullying". Para que las victimas se sientan protegidas y apoyadas debemos concienciar a profesores, alumnos y familiares del problema, confirmar dónde se producen los abusos e intimidaciones y detectar quiénes están directamente implicados.

Así mismo es imprescindible enseñar al niño a no responder a la violencia con violencia.

Como detectar el acoso

Cuando esto ocurre, podemos ver en el niño lo siguiente:

-Cambio de personalidad, retraimiento, irritabilidad, aislamiento, autoexclusión y retirada social.

-Cambio en el estado de humor. Los niños que padecen acoso escolar manifiestan tristeza, irritabilidad y ansidad.

-Evidencias físicas. Aparecen lesiones físicas como hematomas o rasguños que suelen ser justificados por los niños debido a caídas o accidentes.

-Bajo rendimiento escolar. Las calificaciones comienzan a bajar bruscamente

-Trastornos del sueño. Presentan dificultades para conciliar el sueño o por el contrario duermen demasiado. Son frecuentes las pesadillas.

- Perdida de apetito y presencia de tics nerviosos.

-Pone excusas para no ir al colegio o instituto. También puede pasar que pida que lo lleven a la puerta y que lo recogen cuando antes no lo hacía. 

-No se quiere relacionar con sus compañeros. trata de no realizar ninguna actividad y pasa mucho tiempo solo.

Si vemos esto en un niño, no debemos demorar la intervención para evitar que los problemas sean mayores.
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Web de interés: http://bullying-acoso.com/

martes, 8 de octubre de 2013

El Optimismo

Significa tener una fuerte expectativa de que en general las cosas irán bien a pesar de los contratiempos. Si hablamos desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades.

El optimismo es la energía que nos ayuda a encarar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en  nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraria, el pesimismo, esta en el enfoque con que se perciben las cosas. Empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desanimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades.  

En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humos, a ser más perseverantes y exitosas e incluso, a tener mejor estado de salud física. De hecho, uno de los resultados más consistentes de la literatura científica, es que aquellas personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza, tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes.

Se sabe que la ansiedad y otras emociones negativas dañan el organismo, en especial los sistemas cardiovascular e inmunitario y tener un carácter optimista parece proteger contra ese efectos. Además, los estudios revelan que las personas que son optimistas respecto a su futuro, se comportan de manera distinta. Hacen más ejercicio, es menos probable que fumen y se alimentan mejor. En caso de que enfermen, son más participativas en el tratamiento.

A modo de conclusión podemos decir que la felicidad es una sensación, el optimismo es creer que algunos aspectos de tu futuro resultarán bien. La felicidad puede fluctuar mucho, pero una actitud optimista la hace más estable.

Si usted no es optimista, puede tratar de crear un registro de acontecimientos positivos. A todos nos ocurren cosas buenas, pero los pesimistas a menudo no las notan. Dedicar unos cuantos minutos todos los días a escribir por lo menos tres cosas positivas, tal vez nos ayude a esperarlas y sentirlas con más frecuencia.  

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Cuando una pareja no sabe comunicarse.

En la vida de una pareja, con mucha frecuencia nos guardamos mensajes que queremos decir pero que no encontramos el momento. Hacemos una lista de espera con esos pensamientos. Este comportamiento es muy probable que también lo hagamos con la familia y con amigos. Estos mensajes son tan prioritarios que no deberían esperar y que van a crear un conflicto. 

En muchas ocasiones tenemos miedos internos que nos van a llevar a guardarnos sentimientos que seguro quedarán enquistados, por el temor a que la otra persona no sienta o piense lo mismo que tu. 
De la misma manera, las experiencias que tengas en el pasado, condicionarán tu forma de expresarte para no revivir algo negativo. No debemos dejar que nuestro pasado nos condicione, que no nos sirva de guía en el presente. En estos temas es mas sano ir actuando sin miedos y si el pasado nos tiene que guiar en algo, que sea para no cometer un error, no para no poder abrirnos o decir lo que queremos o sentimos. 

La idea tan generalizada de que sea el otro el que de el primer paso, nos hace vivir siempre a la expectativa de los demás generando grandes inseguridades y por consiguiente no estamos cómodos con lo que vivimos.

La importancia del hablar

La adultez es un periodo en el que tenemos que aprender a expresar y hablar. Somos capaces de interactuar, debatir, convencer, etc, pero cuando se trata de expresar sentimientos suspendemos. La importancia de hablar con nuestra pareja es tal, que puede marcar el futuro de la relación. Cuando algo no nos gusta de nuestra pareja, tendemos a intentar cambiarlo de manera comportamental, osea, realizamos conductas que pensamos que serán recogidas por el otro y que sabrá identificar. Por ejemplo, estoy dos días seria o serio para que vea que eso que hizo no me gusto. En la mayoría de las ocasiones, estas conductas no son identificadas y generan otro enfado. Hablando es la única manera de ir al grano e identificar las conductas problema para poder corregirlas.